Blazer y polera: Tommy Hilfiger Runway Collection. Falda: Forever 21. Sobre de neopreno: Bimba y Lola. Tacos: Gacel. Anillo: Purificación García. Sunglasses: Zara.
Hace muchísimo tiempo teníamos pendiente este post: cómo vestirse para la oficina, de forma estilosa, pero sin perder formalidad.
Lo primero que tienes que tener claro es cuánto puedes ¨estirar¨ el elástico del onderismo: eso depende exclusivamente de la formalidad y perfil de tu trabajo, no obstante, también considera que la generación de las veintisiempre y de los primeros treinta, somos mucho más estilosas, lo que se ve reflejado de forma masiva en el ambiente de las oficinas y por ende, se ha dado un espacio social como para que las mujeres nos saquemos partido, sin vernos fuera de lugar, saliendo del típico traje de dos piezas o de las tenidas casi de cóctail adaptadas que a veces he podido ver, que al final no se ven nada elegantes (por ejemplo, camisas con muchas aplicaciones brillantes, faldas tubo con muchos estampados combinadas con panties negras o outfits perfectos y formales hasta que ves los zapatones con plataforma).
A continuación, los tips imprescindible para proyectar una buena imagen profesional por medio del vestuario, sin sentirnos uniformadas:
– No lo intentes demasiado: evita sobrecargar con accesorios. Un outfit formal, por muy ondero que sea, se tiene que mantener simple en términos de complementos. Prioriza solo un anillo grande, o varios pero pequeños, aritos sencillos o un statement necklace pero sin más acompañamientos que un estiloso y fresco vestido oversize como el de la foto.
– Las faldas tubo pueden acentuar tus curvas… pero ¡cuidado!: en un ambiente profesional, el físico no debe llamar en extremo la atención. Obviamente no quieres llamar la atención por las razones equivocadas. Te recomiendo las femeninas faldas tubo, pero en telas poco elasticadas con una caída más recta o bien, si optas por una falda tubo más ajustada, debe ir acompañada idealmente de un blazer largo, que sobrepase las caderas, de esa forma aun cuando se marca la figura, tapas la cola y agregas sobriedad al look. Está casi demás decir que los escotes pronunciados y las transparencias, no son para ir a trabajar.
– Atrás quedaron los típicos pantalones de tela: hoy tienes la suerte de elegir entre pantalones ceñidos tipo pitillo (siempre acompañado con algo muy holgado para arriba, como una camisa más oversize, jamás apretada de pies a cabeza) o unos pantalones capri, que a mi gusto tienen mucha clase o por último, flares, es decir pata de elefante pero discretos, sin estampado, con buena caída.
– Prioriza las telas nobles: es ropa de trabajo y por lo tanto tiene que durar impecable mucho tiempo. A veces, vale la pena gastar un poquito más en estas prendas que usamos usualmente para la oficina y arrancarse de las tiendas low cost, así, evitas que las prendas con los lavados vayan perdiendo forma y color, ahorras tiempo y plata a la larga (y varios dolores de cabeza). Recuerda que tienes que lucir impecable bajo todo evento: jamás pelotitas en el chaleco, nunca una mancha, las prendas blancas impecables, las camisas tienen que tener buen calce y una linda caída, los zapatos sin ningún detalle (desde las puntas a los tacos). Es el trabajo.
– ¿Y dónde quedan las tendencias?: incorporadas por supuesto! Si tienes dudas de cómo vestir elegante para la oficina, pero aun así casual y ondera, nada mejor que ver el estilo de las parisinas, quienes priorizan prendas básicas, de perfecto calce pero siempre dándole una pincelada de la tendencia que esté en boga. Por ejemplo, si se usan las rayas, las incorporan en su versión más formal o si se ocupa un color tan llamativo como el amarillo, lo incorporan en los zapatos, en un blazer o en un estampado sobrio. Por ende, los colores vistosos no quedan fuera de lugar, siempre y cuando los combines con prendas en tonos neutros (beige, blanco, negro, gris).
– Evita: los estampados muy coloridos o sicodélicos si es que tu pega es demasiado formal; asimismo, evita a toda costa la mezcla de estampados, abusar de la famosa y architrilladísima panty negra (usarla con moderación y solo cuando realmente le viene a tu outfit), usar botín en invierno con falda a las rodillas (hasta Giselle Bünchen parecería un hobbit vestida así) o un blazer que te quede chico y se arrugue cuando lo cierras (ya sea a la altura de los hombros, del busto o en la cintura). También, evita usar colores muy encendidos en los ojos o abusar del delineado (yo se que en la mañana nos arreglamos rápido, pero nada peor que llegar a mediodía con un delineado mal hecho, muy grueso e imperfecto, que más encima se corre!). El pelo mojado es un no rotundo para siquiera asomar la nariz en la puerta de la oficina.
Cuidado con pasarse de sencilla! Es normal que cuando estamos cansadas y no damos más, nos salgan ojeras, nos veamos más pálidas y en general, tengamos mal semblante. Está bien si no te gusta mucho el maquillaje y no tienes el hábito de maquillarte a diario (entendible!). Lo que no es aceptable, es que esta sencillez se transforme en descuido: si estás en un día malo, hazte un regaloneo y tápate esas ojeras, encrespa las pestañas y al menos aplica un pelín de rubor, tomará 3 minutos en la mañana o lo que te demoras en tragar el primer café en la oficina (a mi me pasa cuando estoy muy agotada, que si no me maquillo, me miro al espejo y me siento como poco cuidada, demacrada).
– Los complementos que te harán ver top: los mejores amigos de una working girl son sus complementos de trabajo. Nada te hará proyectar una mejor imagen profesional, que siempre mantener todos tus artículos de trabajo en orden, lo que sin duda alguna incluye tu cartera y bolso de trabajo. Está bien si quieres llevar tu cartera (con los típicos cachureos que andamos trayendo todas las mujeres adentro, aunque nos duela el hombro y no los ocupemos nunca jajajaja!), pero tiene que ser una cartera ojalá combinable, resistente y que siempre esté impecable, eso se traduce a la larga en una cartera de muy buena calidad: nada de carteras con algún raspón, hebilla de menos o deforme, menos sucia! no nos relajemos, es la cartera, no la mochila para el colegio que terminaba inmunda a fin de año ni el bolso/cartera eterno de la U que soportó años estando en el suelo de las salas y de los carretes, con el sobrepeso de los apuntes a cuestas!
Si aun no es momento de invertir en una cartera de las grandes ligas (atesoradas!) obviamente opta por una cartera económica, no hay problema, pero ten en cuenta que exigirá el doble de cuidado y tendrás que asumir que durará mucho menos tiempo en su óptimo.
No obstante, la verdadera tendencia (hace un buen tiempo ya) es ocupar las fundas de notebook de neopreno o las fundas de ipad de cuero como clutch para los papeles y artículos electrónicos. Incluso si te acomodan más, puedes transformarlos en seudo carteras, pasando tus tarjetas a un porta tarjetas plano y así mantener la estructura perfecta del bolso.
Por último, un mug ondero para llevar tu café de la mañana desde la casa al trabajo, también es un must de la working girl, que vive corriendo.
– Los accesorios antes de llegar o cuando te vas: un buen par de anteojos también personalizarán tu look. Evita eso sí los anteojos espejados, los que estén en mal estado o sean de colores muy vistosos. También, ¿quién dijo que la working girl tiene que matarse los pies aplanando calles con tacos? Imposible! los tacones son para la oficina y apenas tu sales, sacas tus ballerinas de color neutro y te vas tranquilamente a tu casa, ya sea manejando, caminando o en metro. Yo uso las de la marca norteamericana Yosi Samra (que estaban full de moda en New York! además tuve oportunidad de visitar su showroom, ya les contaré más adelante), me salieron de excelente calidad y son de terminaciones súper bonitas. Cuando están sucias, las meto a la lavadora y salen listas para ser usadas de nuevo.
Si bien es una tontera macharse los pies con tacos en la calle, también es cierto que al momento de una reunión, los tacos son un imprescindible e ir sin ellos, es equivalente a que un hombre de terno vaya sin corbata… pero de nuevo, todo depende del perfil de tu trabajo (deja por último unos tacones negros clásicos en tu oficina por si acaso). Nunca está demás tener de muda una camisa blanca (que le venga a todo) y un pantalón en tono neutro guardado en un cajón, por si se te da vuelta el café o tienes cualquier imprevisto, así tienes para cambiarte enseguida… imagínate si no tienes tiempo para ir a cambiarte a tu casa y justo tienes una reunión importante.
Sarah Jessica Parker en sus yosis
– Un último tip: las mujeres que trabajan en oficinas lo deben tener claro: el aire acondicionado hace pebre la piel, porque seca mucho el aire, lo que se traduce en resequedad y con el tiempo, incide en la aparición temprana de las líneas de expresión. La solución perfecta es siempre tener en uno de los cajones de tu escritorio agua termal a mano. Cada vez que sientas la cara como ¨grasa¨ (que es como sobrereaccionan algunas pieles) o tirante, aplicas un poco de agua termal y listo. Ojo! que funciona también sobre el rostro maquillado 😉 p.d.: menos café y más agua! =P (post to myself!).
– Bonus track para leguleyas: la abogada mejor vestida del planeta es Olivia Pope (abogada/heroína de la serie Scandal). Le gana incluso a la afortunadísima Amal Alamuddin (esposa de George Clooney, también bastante estilosa =P además de ser de la vida real). Vean de que les hablo y cada vez que tengan dudas, solo googleenla jajaja:
